Día Internacional de la Mujer

El 8 de marzo es un día importante para mí.  Es el 103 Día Internacional de la Mujer.  Estoy segura que muchas personas se preguntarán  por qué necesitamos un día para las mujeres.  Para mi la respuesta es obvia.  Ya ha pasado mucho tiempo desde que este día fue establecido en 1911 pero todavía hay mucho tramo que recorrer antes que los hombres y las mujeres sean tratados por igual.  Me siento afortunada que he sido capaz de crecer en una sociedad que promueve la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer como una prioridad.  Pero aún en el Reino Unido se reconoce que mucho más se podría hacer.  Esto no es culpando o haciendo de menos a los hombres, pero entendiendo que todos tenemos potencial y que darse cuenta de ese potencial sólo puede ayudar a la sociedad como un todo.  Eso no significa que sea fácil.  Muchas veces es acerca de cuestionar normas tradicionales y culturales, lo que es un proceso no muy cómodo.

En la Embajada nos mantenemos activos en promover la igualdad.  Para darles un par de ejemplos hemos apoyado:  un proyecto enfocado en romper los estigmas que sufren los sobrevivientes de la violencia sexual, a través del uso de teatro participativo y artístico en 3 regiones de Guatemala; una iniciativa enfocada en prevenir la violencia contra la mujer en el Departamento de Quetzaltenango; y en Honduras también hemos co-financiado un proyecto para desarrollar las habilidades de liderazgo de las jóvenes mujeres Lenca en Intibuca, de lo cual pueden leer más acá.  Nosotros también en la Embajada hemos tenido nuestra propia historia de éxito, con Sara Del Cid, Oficial de Seguridad y Justicia, siendo nombrada como una de las Mujeres del Año de Siglo 21.

Habiendo dicho esto, como en muchos países, aún se mantienen grandes retos para los Derechos de las Mujeres y la igualdad de género en Guatemala.  Para explicar un poco más sobre estos temos hemos invitado a la ONG Health Poverty Action, quien ha estado trabajando en Guatemala los pasados 19 años, a compartir sus opiniones:

“Al hablar con las mujeres en la comunidad, se nota que es frecuentemente su pareja de la mujer quien decide si se use la planificación familiar; si tome sus pastillas prenatales; si se va al establecimiento de salud para tener su parto.

El marco legal guatemalteca garantiza la equidad de género y es fuerte en su consideración de la violencia contra la mujer, al incluir la violencia psicológica y verbal como delitos. Sin embargo, las investigaciones de Health Poverty Action revelan que 80% de las mujeres adultas han sufrido algún tipo de violencia: 40% de las mujeres han recibido algún amenaza por parte de un hombre: y 17% de las mujeres han sido violadas, la mayoría por su pareja.

Tenemos que cambiar las actitudes y las expectativas, no solo de los hombres, sino de las mujeres también. Realizamos un estudio entre jóvenes y señoritas sobre qué clase de formación vocacional les gustaría recibir: una señorita respondió que quería aprender cómo hacer mejor sus tortillas. Hasta ahí fue su sueño de una carrera profesional.

Tenemos un recurso enorme aún no utilizado, siendo la cultura y la cosmovisión tradicional. En vez de considerar  la cultura tradicional como barrera al desarrollo, deberíamos enfocarnos en sus valores y principios, donde los Mayas hablan de la necesidad de complementos, equilibrio e igual respeto entre masculino y femenina, hombres y mujeres.

El proyecto Madres y Niños Mayas de HPA, financiado por Big Lottery Fund en el Reino Unido, busca poner la mujer al centro de la toma de decisiones sobre los servicios de salud materna. Un evento de lanzamiento en Quetzaltenango la semana pasada, con la asistencia de la Embajadora británica en Guatemala, Sarah Dickson, ayudó aumentar la visibilidad de las mujeres y su lucha para lograr sus derechos.

En este Día Internacional de la Mujer, es bueno acordarnos también que hay indicadores del cambio que dan esperanza. En la educación en especial, la brecha entre varones y mujeres en la inscripción ha cerrado dramáticamente. La participación de la mujer en las organizaciones, tanto urbanas como rurales, ha aumentado. La tarea ahora es trasladar estos avances en la participación de la mujer como la protagonista en formar su futuro.”