La Asamblea Nacional del Poder Popular debe tener una sesión extraordinaria en marzo para aprobar una nueva ley de inversión estranjera. Los inversionistas de todo el mundo, incluyendo quizá a algunos en los Estados Unidos luego del debate reciente allí, estarían interesados en ver lo que dice la ley y si les ofrece un buen marco para invertir y operar en Cuba en el futuro.
¿Qué tipo de cosas esperan ver los inversionistas en la nueva ley? Sospecho que muchos de ellos esperan que contenga prerogativas similares a las presentes en las regulaciones de la Zona Económica Especial de Desarrollo del Mariel – un régimen atractivo de impuestos, una buena infraestructura, propiedad mayoritaria de la parte extranjera, un ‘impuesto’ menor sobre los costos salariales, múltiples servicios o productos en un mismo lugar (un ‘one-stop shop’) y un proceso rápido de aprobación de los proyectos de propuestas. Todos estos elementos son importantes para guiar las decisiones de invertir.
Pero hay más. La página del Banco Mundial Doing Business index ofrece una lista de comprobación muy útil como lo hace el trabajo del banco en investing across borders. El Doing Business index evalúa a los países en relación a varios aspectos incluyendo el tiempo que demora comenzar un negocio, cuán rápido son otorgados los permisos de construcción, cuán fácil es obtener electricidad y créditos y pagar impuestos. También tienen en cuenta cuán bien están protegidos los inversionistas por las leyes del país y como los contratos son aplicados por los tribunales locales. Investing across Borders analiza de manera más detallada la inversión extranjera directa y ofrece un análisis región por región y país por país. Me llamó la atención conocer que demora 7 meses comenzar un negocio en Haití, 63 días en Costa Rica, 29 días en Chile pero solo 4 días en Rwanda. Otro index de la Heritage Foundation evalúa a los países en temas similares y los inversionistas pueden consultar los informes de las agencias (Fitch, Standard & Poor’s, Moody’s).
Estos índices y evaluaciones son importantes porque Cuba no está sola en intentar atraer la inversión extranjera directa. En la región de América Latina y el Caribe, los países están deseosos de obtener mayor inversión extranjera para estimular el crecimiento de sus economías; hasta cierto punto están compitiendo entre ellos. Algunos de los vecinos de Cuba han tenido éxito. Panamá, por ejemplo, recibió $4 mil millones en el 2013 y la República Dominicana $3.6 mil millones en el 2012. Otros países con sistemas políticos similares al cubano han atraído de manera exitosa a la inversión extranjera directa para estimular el crecimiento de sus economías. Por ejemplo, Vietnam y China recibieron $14 mil millones y $117 mil millones respectivamente en el 2013. Por supuesto, ambos tienen mercados internos mucho más grandes que los de Cuba lo que constituye una razón adicional para que inviertan (Vietnam – 89 millones de personas, China – 1.4 mil millones).
Naturalmente, los inversionistas potenciales no solo tendrán en cuenta los índices y los marcadores sino que también hablarán con funcionarios del gobierno, jefes de empresas estatales y aquellos que dirijan negocios foráneos ya establecidos en Cuba, para tener una mejor idea de como funciona en el terreno. Estarán deseosos de conocer cuán rápida sera la unificación de las dos monedas en Cuba, no menos importante porque tendrá un impacto en los costos laborales, tener claridad sobre como podrían incentivar la productividad y, en caso de que participe en ello, en la producción de bienes para la exportación o el mercado local, al igual que les ofrecerá seguridad sobre la calidad y certeza de su cadena de suministro. Este documento de Richard Feinberg de la Brookings Foundation analiza en mayor profundidad estos temas e incluso describe algunos casos de estudios de siete compañías mixtas que operan aquí.
Dentro de Cuba y del resto del mundo existe un debate sobre el valor de la inversión extranjera directa y sobre cual pudiera ser su efecto en la economía y la sociedad. Algunos temen que expondrá al país a las viscicitudes de la globalización. Sin embargo, muchos concuerdan en que la inversión extranjera directa puede tener un valor real en la creación de empleos, en ofrecer acceso a tecnología avanzada, en ayudar a los países a diversificar y expandir sus mercados de exportación, a contribuir a la transferencia de habilidades de administración, a ofrecer acceso al crédito internacional y permitir la sustitución de importaciones. También coadyuvará a que el país invierta en la formación de capital, algo que Cuba necesita imperiosamente. En países como Cuba en los que los recursos locales para la inversión son limitados, la inversión foránea puede ser crucial en contribuir a que el país se desarrolle de manera sostenible.
En la cumbre de la CELAC que tuvo lugar recientemente en la Habana, los líderes regionales representando a un amplio rango de opinión política, reconocieron la importancia de la inversión extranjera directa en su declaración final enfatizando que la misma debe ‘contribuir eficazmente a los procesos de desarrollo de nuestros países y redundar en un aumento de los niveles de bienestar de nuestras sociedades’. Esto es algo en lo que estoy seguro todos podemos concordar.
Este es un tema muy amplio y ciertamente todo no está cubierto. Sería fascinante escuchar sus opiniones por lo que les insto a que utilicen la sección de comentarios que aparece a continuación. Espero que podamos entablar un debate fructífero.