19th September 2014 Havana, Cuba
Necesitamos enfrentar el Ebola hombro con hombro
La decisión del gobierno cubano de enviar 165 miembros de su personal médico a Africa Occidental para enfrentar el Ebola ha sido muy bien acogida. Al colaborar con trabajadores de la salud de los países afectados, con personal de ONGs Internacionales, epidemiólogos y personal militar de varios países incluyendo el Reino Unido, estos doctores y enfermeros cubanos desempeñarán un rol crucial en la respuesta mundial a esta terrible enfermedad.
La situación en Africa Occidental es extremadamente preocupante y está empeorando por día. En Sierra Leona, Liberia y Guinea, ya han fallecido más de 2 600 personas, más de dos veces esta cifra han sido infestados y el virus se está expandiendo rápidamente. El número de casos de Ebola en Sierra Leona se está duplicando cada 30 días. Se trata de una emergencia humanitaria sin precedente que constituye una amenaza a la paz y a la seguridad internacional. Si fallamos en actuar ahora, tal y como tenemos que hacerlo, podría convertirse en una catástrofe global.
Ayer, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, al acordar una resolución patrocinada por un número record de 130 países, hizo un llamado a una respuesta global. Los sistemas de salud de los países afectados se encuentran bajo presión y la situación de seguridad alimentaria está en franco deterioro ya que muchas de las familias afectadas por la enfermedad no pueden ni cultivar la tierra ni trabajar. Se necesita precisamente de una respuesta global inmediata.
Al igual que Cuba, Reino Unido está aportando su grano de arena. Ya se han iniciado trabajos en el centro de tratamiento de Freetown que contará con 62 camas y cuya construcción es dirigida y operada por militares británicos y expertos humanitarios. También hemos brindado apoyo a los gobiernos nacionales, a las agencias de las Naciones Unidas y a organizaciones no gubernamentales como la Cruz Roja y Médicos Sin Fronteras para ofrecer tratamiento y cuidado a los pacientes, para garantizar un entierro seguro de las víctimas; mejorar el rastreo de los casos de Ebola, suministrar intalaciones sanitarias y centros de tratamiento, entrenar trabajadores de la salud de primera línea; y ayudar a coordinar la respuesta. En el día de ayer, el Canciller Philip Hammond anunció un paquete significativamente incrementado de apoyo en el que se destaca el compromiso de liderear y respaldar el suministro de un total de 700 camas de tratamiento para Sierra Leona.
Como no existe cura conocida para el Ebola también estamos utilizando la ciencia para atacar a esta enfermedad. Se han iniciado ensayos clínicos en el Reino Unido con el objetivo de desarrollar una vacuna que, en caso de ser exitosa, podría producirse con el fin de ponerla a disposición inmediata para la inmunización en comunidades de alto riesgo. También hemos dispuesto fondos para la investigación en cualquier parte del mundo que pueda generar evidencia para comprender mejor el Ebola y ayude a manejar el brote actual así como cualquier brote que pudiera tener lugar en el futuro.
Estoy orgulloso de que mi gobierno haya realizado tal contribución. Antes de convertirme en diplomático, estuve varios años trabajando en países de Africa Central devastados por conflictos y desastres humanitarios. Aprendí entonces cuan importante es para los gobiernos dar el paso al frente y apoyar a los países más pobres del mundo en su lucha contra las enfermedades y la inseguridad alimentaria. Estoy seguro de que los cubanos también están orgullosos del compromiso que su gobierno ha hecho de combatir el Ebola. Otros países también se han pronunciado en este sentido. Por ejemplo, el gobierno de los Estados Unidos enviará 3 000 efectivos militares a Liberia para establecer 17 centros de tratamiento y entrenar a cientos de trabajadores de la salud. Y la Fundación Bill Gates ha ofrecido $50 millones para enfrentar la enfermedad.
Estos compromisos y contribuciones son todas de una importancia vital pero tal y como declarado por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, se necesita con urgencia de una respuesta global. Sin ella, el brote pudiera subir en espiral y salirse de control y decenas de miles de personas o más pudieran infestarse y morir, afectando familias y comunidades durante una generación. Todos necesitamos actuar ahora sin pausa, con prisa, en espíritu de solidaridad, y con la firme determinación de que le pondremos fin a este terrible brote.