17th April 2013

Thatcher & Branson

Por Gonzalo Zegarra Mulanovich (Director Semana Económica)

El fallecimiento de la ex primera ministra británica Margaret Thatcher ha puesto sobre el tapete nuevamente la discusión acerca de los principios de libertad económica que ella defendía.

Branson y Thatcher
Sir Richard Branson y Lady Margaret Thatcher

La semana pasada falleció la ex primera ministra británica Margaret Thatcher y estuvo en Lima el también británico empresario Richard Branson, dueño de las empresas Virgin, como parte del CEO Summit organizado por esta revista. La próxima edición de Semana Económica incorporará un recuento exhaustivo de ese encuentro –algunas entrevistas ya se pueden ver en semanaeconomica.com–, pero puedo adelantar en estas líneas lo que me respondió Branson cuando le pregunté por la Dama de Hierro: “Si no fuera por ella, yo no estaría aquí hoy”. No se refería sólo a su presencia física y a su éxito; contextualmente estaba hablando también de la incursión de Virgin Mobile en Latinoamérica.

Campeona del libre mercado, ayudó a terminar la guerra fría, se enfrentó a los terroristas, fue una buena amiga de los Estados Unidos y muchas otras cosas –así resume The Economist el legado de la Thatcher–. Con su estilo durísimo, su ácida retórica, sus odios apasionados –actitudes que hay que situar en el contexto de un mundo que era todavía bipolar y maniqueo–, ella encarna de alguna manera la antítesis del ‘poder blando’ (soft power) que muy a su estilo ejerce Branson, un raro ejemplo de empresario convertido en celebridad mundial.  Una de las primeras cosas que me preguntó Branson apenas llegó a Lima fue cuál es el estatus de la legalización de las drogas, una causa que él promueve. Lo menciono para mostrar elocuentemente que no sólo en el mundo empresarial –donde es unánimemente considerado un disruptor– Branson está lo más lejos posible de ser un defensor del status quo o de identificarse con las causas conservadoras que comúnmente se relacionan con el thatcherismo. Branson es un crítico del capitalismo tradicional, no concibe el lucro como generador de emprendimientos sin la diversión, es un ecologista entusiasta y un férreo activista del altruismo… Participa en un fondo millonario que financia emprendimientos juveniles, lo que lo convierte en un motor –y no sólo un promotor– del emprendedorismo global. El momento en que lo vi más feliz durante su corta visita a Lima fue durante su encuentro con jóvenes emprendedores en la embajada británica.

En diversos pasajes de sus interlocuciones, Sir Richard contó que para él una de las principales motivaciones para incursionar en un negocio nuevo es toparse con una empresa con posición de dominio que brinda un mal servicio. Conversar con Branson sobre Margaret Thatcher me reconfirmó que uno de los principales argumentos –tanto moral como funcional– a favor de la libre empresa y las privatizaciones es que la competencia mejora la vida de las personas de carne y hueso, a diferencia del estatismo y su primo hermano el capitalismo de amigotes –mercantilismo–, que por la vía del burocratismo socavan y asfixian no sólo a los empresarios, sino principalmente al ciudadano de a pie.

Hoy que en el Perú retornan los cantos de sirena del capitalismo estatal  –Petroperú pretende comprar activos de Repsol–, sería recomendable revisar cuánta prosperidad, riqueza y gravitación internacional generaron las políticas de la señora Thatcher en su país. Un verdadero referente para cualquier hombre –y mujer– de Estado.

Nota: Las opiniones vertidas en artículos y blogs de nuestros invitados, no necesariamente reflejan la posición de la Embajada Británica en el Perú.

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