6th June 2014 Havana, Cuba
¡Terminemos con este horror ya!
Antes de ingresar en el Ministerio de Relaciones Exteriores estuve trabajando por muchos años en ONGs humanitarias en Africa central – Rwanda, Burundi y la República Democrática del Congo – lugares en los que experimenté de primera mano los horrores de la guerra y la devastación que pueden acarrear a las comunidades, las familias y los individuos.
En estos conflictos y en otros, una de las prácticas más destructivas, crueles y bárbaras fue y es el uso de la violación como arma de guerra, fenómeno que ha quedado impune, pero al menos la violencia sexual en los conflictos armados ha sido reconocida como una de las más grandes injusticias de nuestros tiempos. La próxima semana en Londres se realizará una Cumbre global sobre este tema.
La violencia sexual es difícil de documentar y más difícil aún de investigar. Sus autores no discriminan porque en definitiva, no se trata de sexo, sino de violencia, de terror, de poder y de control. Cuando las violaciones se producen en situaciones de conflicto son consideradas con frecuencia una consecuencia inevitable de las guerras. Pero incluso las guerras tienen sus reglas. Por eso, al igual que existe consenso mundial para no utilizar las minas personales en el campo de batalla, debe conseguirse un acuerdo mundial para acabar con la violencia sexual en situaciones de conflicto.
Entre el 10 y el 13 de junio William Hague, Ministro de Asuntos Exteriores británico, y Angelina Jolie, Enviada Especial de Naciones Unidas, serán anfitriones en la Cumbre Mundial para Acabar con la Violencia Sexual en Situaciones de Conflicto. Participarán asimismo representantes de gobiernos, sociedad civil, del sector militar y del poder judicial, al igual que personas del público en general. Se celebrarán además eventos en todo el mundo, incluyendo en Santiago de Cuba. Se le pedirá a los representantes de los gobiernos asistentes a la Cumbre que se comprometan en implementar acciones concretas que permitan la eliminación de las violaciones y la violencia sexual en conflictos del arsenal mundial de crueldad. Su apoyo puede contribuir a lograrlo.
Será una Cumbre como ninguna otra anterior porque la violencia sexual es un delito distinto a todos los demás. El horror que dicha violencia conlleva es sufrido por hombres y mujeres en conflictos de todo el mundo. Además, por sorprendente que pueda parecer, muchas de las víctimas son niñas y niños de muy corta edad. Las secuelas de la violencia sexual duran de por vida: se presentan en forma de sentimiento de vergüenza, injusto y demoledor, que afecta tanto a las víctimas como a sus familias.
Aun así, estoy profundamente convencido que esta situación puede y debe cambiar.
Es terrible constatar que tan solo un reducido número de los autores de estos delitos ha sido procesado, y menos aun han sido condenados. Es por ello que en la Cumbre se presentará el primer Protocolo Internacional sobre la Documentación e Investigación de la Violencia Sexual en situaciones de Conflicto. Dicho Protocolo ayudará a los investigadores a recabar información y pruebas después de una agresión, así como a mejorar las perspectivas de llevar a juicio a los perpetradores, al mismo tiempo que se protege a las víctimas y a los sobrevivientes de traumas adicionales.
En la Cumbre, deseamos que los gobiernos expresen públicamente su apoyo por el Protocolo. Deseamos también promover su uso por parte de activistas locales, abogados, personal de la policía y profesionales médicos. Queremos igualmente que los gobiernos garanticen que sus respectivas legislaciones nacionales en materia de violaciones y violencia sexual cumplen con los debidos estándares internacionales. De esta forma mejorarán las probabilidades de tener éxito en sus tribunales nacionales en procesos judiciales por crímenes de guerra. En la Cumbre se estudiará también el papel que puede jugar el ejército ya que cuando se producen incidentes de violencia sexual en zonas de conflicto, los soldados suelen ser los primeros en llegar al lugar, pero no siempre cuentan con los equipos o la formación necesarios para hacer frente a un problema tan sensible. Esto es algo que debe cambiar. Las fuerzas armadas son por lo demás responsables en muchas ocasiones de cometer estos actos abominables. Esto debe terminar. Finalmente, esperamos que los gobiernos de los países más prósperos del mundo anuncien mayor financiación, incluidos fondos dirigidos a organizaciones de base que son con frecuencia un pilar fundamental de las comunidades más afectadas.
Aun así, las acciones de los gobiernos por sí solas no son suficientes. Tenemos que conseguir que todas las familias y comunidades cambien aquellas actitudes que estigmatizan a las personas sobrevivientes y se unan repudiando de forma generalizada estos delitos, de tal forma que todo hombre con un revólver en mano recapacite antes de cometer una violación o dar órdenes para cometerla.
Es el momento de apoyar a los sobrevivientes y acabar con la cultura de la impunidad y asegurarnos de que se haga justicia. Pero ahora y en el futuro es tiempo de actuar #TimeToAct.