El Teatro Sauto en Matanzas es aparentemente uno de los tres únicos teatros en el mundo que pueden ser transformados en un salón de baile con tan solo girar una palanca. Normalmente, la audiencia se sienta por debajo del escenario pero cuando se quitan las butacas y se levanta el piso, el escenario y el auditorio se convierten en un amplio espacio para bailar salsa o danzón. Desafortunadamente no muchos visitantes pueden ver esta joya de la ingeniería en estos momentos ya que el teatro, uno de los íconos de Matanzas, está actualmente en proceso de restauracion y no se encuentra abierto al público. Tuve suerte de poder visitarlo a principios de año en un recorrido con el Historiador de la Ciudad. Una vez que el teatro esté completamente restaurado – hasta ahora han sido tres años de trabajo – el plan es subir el suelo con una manivela y convertir el Teatro en un salón de baile una vez al año.
Muchas de las mejores edificaciones publicas y de las casas privadas de Cuba están actualmente en proceso de restauración o la necesitan. El trabajo que se ha realizado para restaurar la Habana Vieja ha sido ampliemente divulgado; actualmente se restaura el Capitolio que será nuevamente la sede de la Asamblea Nacional y la Unión Europe ha apoyado la restauración del Palacio del Segundo Cabo. Pero existen muchos otros edificios antiguos de gran belleza en el país que al igual que el Teatro Sauto se encuentran en estado de deterioro. Obviamente la restauración puede ser muy costosa entonces habría que debatir si es realmente una prioridad nacional dadas las otras necesidades que tiene Cuba.
Los edificios como el Teatro Sauto sin embargo son importantes tanto para la economía cubana como para la vida cultural del país. El turismo atra casi 3 visitantes cada año y las divisas que ellos dejan en el país. Muchos de ellos vienen a disfrutar el sol, la arena y la salsa, de los cuales Cuba tiene mucho para ofrecer, pero muchos están interesados también en la cultura cubana. Cada cual tiene sus propias actividades favoritas pero si yo solamente tuviera una semana en Cuba haría tres cosas: visitar una fábrica de tabacos, ir a un juego de pelota y hacer un recorrido por el excelente Museo de Bellas Artes en La Habana.