No ví tulipanes en Santa Clara pero esta semana la ciudad tenía un cierto toque holandés. La mayoría de las personas que me encontré el lunes llevaban puesto algo naranja, un color que el equipo local de béisbol, Villa Clara, comparte con el equipo nacional de fútbol de Holanda. Esta semana, Villa Clara finalmente ganó el campeonato de béisbol de Cuba luego de 17 años de espera. Aunque provengo de Inglaterra donde el béisbol es considerado como el hermano menor del cricket, nuestro querido deporte nacional, me gusta la pelota y he tenido el placer de ir al Estadio Latinoamericano de la Habana en dos ocasiones en los últimos meses, para ver jugar al equipo local ‘Industriales’. En ambas ocasiones su pitcheo fue deplorable (para cualquier amante del cricket, el pitcheo es como el boleo ‘bodyline’). Pero la pasé muy bien y aprendí el más selecto vocabulario cubano.
La provincia de Villa Clara (Santa Clara es la capital) resume en sí misma las fuerzas y los retos de la economía cubana. Tiene una bella línea costera con múltiples cayos y bellísimas playas caribeñas, hacia las que miles de turistas se agolpan cada semana. La provincia cuenta actualmente con 6 000 habitaciones hoteleras y tiene planificado duplicar esa cifra para el 2016. Se trata de un programa ambicioso que redundará en mayor cantidad de empleos y una mayor capacidad de recibir visitantes. Muchos más, cerca de 100 000 trabajan en la agricultura, sobre todo en el tabaco, el azúcar y el maíz. Hay muchos menos centrales azucareros en Villa Clara que los que existían en la época de apogeo de la industria azucarera cubana pero existen planes de reabrir algunos de los que fueron cerrados. Una idea es quemar los desechos del azúcar para producir energía renovable, una tecnología que la compañía británica Havana Energy aportará pronto a la isla.
Del mismo modo en que ocurre en otras partes del país, Villa Clara ha visto crecer un sector empresarial a menor escala, como resultado de los cambios introducidos por el gobierno del Presidente Raúl Castro. Cerca de 33 000 personas en la provincia trabajan en la actualidad en el sector ‘no estatal’, más del doble de los existentes en el 2010. Muchas de estas personas trabajan en restaurantes privados, en hostales, en barberías y como choferes de taxi. Pronto podrán trabajar también en cooperativas privadas. La primera dirigiendo un mercado mayorista en la Habana, comenzará a funcionar a principios de julio. Se trata de un paso importante hacia adelante, al menos en teoría, que debería redundar en mayor eficiencia, menos pérdidas y mejor calidad en la producción.
A propósito, el Fútbol Club de Villa Clara, también vestido de naranja, ganó el campeonato nacional de fútbol el año pasado y el antepasado. ¿Será Villa Clara la capital del deporte cubano? Todo parece indicarlo.