Buenos días, señoras y señores. Es un placer para mí estar hoy aquí para hablarles de la labor que el Reino Unido está llevando a cabo en el ámbito de la Resolución “Mujer, Paz y Seguridad”. Esta labor es de especial relevancia para esta sesión, dado que las mujeres que se encuentran en zonas rurales son especialmente vulnerables a los conflictos, ya que tienen menos recursos a la hora de acceder a servicios de apoyo jurídico, médico y psicológico.
Quisiera empezar por decirles que el Reino Unido está muy comprometido con lograr la igualdad de género. Porque, tal y como ha dicho la actriz británica y embajadora de buena voluntad de la ONU Emma Watson, “¿Cómo se puede lograr un cambio en el mundo, cuando solo el mundo a medias es invitado o se siente lo suficientemente libre como para participar en la conversación?”
Se trata de una de los seis temas prioritarios en el ámbito de los derechos humanos que estamos promocionando mediante nuestra pertenencia a la ONU. La ambición del Gobierno del Reino Unido es que niñas y mujeres se encuentren en el núcleo de todos nuestros esfuerzos para (i) prevenir y resolver conflictos, (ii) promover la paz y la estabilidad, y (iii) prevenir y reaccionar ante la violencia perpetrada contra niñas y mujeres. Los conflictos armados afectan a las mujeres de manera desmesurada, motivo por el cual tenemos que abordar el problema de la violencia contra las mujeres y apoyar a la mujer en su papel tan importante de cara a construir la paz, ya que la aportación de las mujeres en las negociaciones de paz contribuye a garantizar que la paz sea más sostenible.
Este año es significativo para los derechos de las mujeres y la igualdad de género, tanto en relación con los temas de paz y seguridad, como de desarrollo. Tal y como pone de relieve esta conferencia, han pasado ya 20 años desde la declaración de Pekín, mediante la cual se reafirmó el compromiso del Reino Unido de abordar la desigualdad de género y de garantizar que la perspectiva de género se contemplara en todas las políticas elaboradas por el Reino Unido.
Y en octubre, durante la presidencia de España del Consejo de Seguridad, se conmemorará el decimoquinto aniversario de la Resolución 1325, y esperamos con ilusión las conclusiones progresistas de la presidencia española y un ambicioso programa futuro.
Hemos recorrido un largo camino desde que se adoptó la Resolución 1325. Para empezar, gracias a esta Resolución la comunidad internacional ve ahora de manera distinta la paz y la seguridad. Por ejemplo, cada vez hay más consenso respecto a la obligación de los Estados de tratar el problema de los obstáculos que se encuentran las mujeres a la hora de participar de manera plena y activa en la vida pública. La Resolución 1325 recalcó, por vez primera en una resolución del Consejo de Seguridad, el papel tan importante de la mujer en la mesa de negociación de la paz, así como la necesidad de involucrarla en la toma de decisiones internacionales.
Desde que el secretario general de la ONU hiciera un llamamiento pidiendo la aplicación de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, más de cuarenta países ya han desarrollado un plan de acción nacional, siendo el Reino Unido uno de los primeros en hacerlo. Nuestro plan de acción nacional sirve de orientación al Reino Unido para que contribuya a reducir el impacto que tienen los conflictos entre mujeres y niñas, y para que promueva su inclusión en la resolución de conflictos.
El plan de acción nacional del Reino Unido proporciona un marco que garantiza que las disposiciones de la resolución 1325, y demás resoluciones asociadas, se incluyan en el trabajo desarrollado por el Gobierno en el ámbito de los conflictos y en toda su actividad de defensa, diplomacia y desarrollo, garantizando así que toda acción del Reino Unido atiende a los cuatro pilares de la 1325: prevención, protección, participación, y socorro y recuperación. Nuestro plan se centra en seis países: Afganistán, Birmania, República Democrática del Congo, Libia, Somalia y Siria.
También hemos desarrollado un plan de aplicación, publicado en diciembre de 2014, que servirá para evaluar el impacto que tendrán los esfuerzos del Reino Unido en el ámbito de la Mujer, la Paz y la Seguridad a lo largo de la duración de nuestro tercer plan de acción nacional (2014-2017), informando y extrayendo las lecciones a tener en cuenta de cara a cualquier actividad futura. Este plan de aplicación responde a los llamamientos de la sociedad civil, que exigen una supervisión y evaluación más transparentes de los avances conseguidos en el programa relativo a la mujer, la paz y la seguridad.
El Gobierno británico acoge de manera favorable la decisión de la ONU de encargar un estudio global sobre la aplicación de la Resolución 1325, cuyo contenido se aportará a la Revisión de Alto Nivel del Consejo de Seguridad del próximo mes de octubre. Confiamos en que la Revisión de Alto Nivel desencadene un cambio en el curso de la agenda en este ámbito y que ponga en marcha una serie de compromisos significativos y prácticos de aplicación.
Aún quedan desafíos que resolver en cuanto a dicha aplicación y de cara a mantener los avances. Aún queda mucho camino por recorrer hasta alcanzar la plena igualdad de género. En este sentido y a modo de ejemplo, aunque el 90% de las víctimas de los conflictos son mujeres y niños, tan solo el 8% de los que participan en las negociaciones de paz son mujeres, y de los 585 acuerdos de paz firmados entre 1990 y 2010, tan solo el 16% contenían referencias a la mujer. Esto es inaceptable y ha de cambiar.
La promoción y protección de los derechos de las mujeres es mucho más que una obligación moral. Están consagradas en la legislación internacional relativa a los derechos humanos y es crucial que nos aseguremos de crear sociedades estables y prósperas, en las que las mujeres participen de manera plena en la vida política, económica y social.
Los derechos de las mujeres son, por lo tanto, una de las seis prioridades en el ámbito de los derechos humanos para el Ministerio de Exteriores del Reino Unido. En 2014 la “Cumbre para erradicar la violencia sexual en el conflicto armado” y la “Cumbre de las niñas” son dos ejemplos de cómo el Reino Unido está a la cabeza en este ámbito.
Nos hemos comprometido a garantizar que haya un objetivo exclusivo para mujeres y niñas en el marco de desarrollo posterior a 2015. En este contexto, queremos ver que el mundo se pone de acuerdo para eliminar toda forma de violencia contra mujeres y niñas.
El Reino Unido adoptó una posición muy decidida en la última Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, de Naciones Unidas, comprometiéndose a lograr una declaración firme sobre:
– la erradicación de la violencia contra mujeres y niñas;
– el empoderamiento económico;
– el liderazgo de la mujer y su participación en la toma de decisiones;
– y la eliminación de prácticas nocivas, entre ellas, los matrimonios forzados, precoces y de menores, así como la mutilación genital femenina.
Y ello a pesar de los esfuerzos muy decididos por parte de algunos países de ir marcha atrás en algunas posturas sobre los derechos de las mujeres que ya habían sido acordadas con anterioridad.
Apoyamos proyectos que sirvan para aumentar la participación de la mujer en la política en todo el mundo, desde Oriente Medio y la región de África del Norte, a los grupos indígenas de Latinoamérica. También nos enfrentamos a los estereotipos de género en lo que se refiere al papel que debe desempeñar la mujer, y trabajamos junto a los líderes religiosos para ayudar a garantizar que la aplicación cultural de las doctrinas religiosas no supone un obstáculo para el desarrollo de la mujer.
Y uno de nuestros objetivos globales, perseguido a través de todo este trabajo, es institucionalizar que el enfoque de género sea el cimiento de la construcción de la paz en la ONU, garantizando así que las mujeres se encuentren representadas adecuadamente en las negociaciones de paz y en los tratados. Nos gustaría ver que todas las conversaciones de paz lideradas por la ONU incluyen el requisito obligatorio de que estén presentes mujeres negociadoras.
Y para terminar quiero decir que la supresión de los derechos de las mujeres es la mayor injusticia cometida en el mundo de manera continuada. Estamos avanzando, pero queda mucho por hacer hasta lograr la igualdad de género.
Muchísimas gracias.