Todavía soy nuevo en este mundo de los blogs. Por lo que me siento especialmente agradecido hacia aquéllos que han dedicado su tiempo a leer mis primeras publicaciones. También quisiera darles las gracias a todos los que me siguen en Twitter.
En este sentido, quisiera comentar una pregunta que me han hecho en varias ocasiones:
«¿Por qué se molesta? ¿No haría mejor uso de su tiempo llevando a cabo una “verdadera diplomacia” y no malgastándolo en las redes sociales?»
La diplomacia siempre ha girado en torno a los contactos. Los buenos diplomáticos son los que están “conectados” en aquellos países en los que están destinados. Tan solo a través de sus contactos pueden:
– entender verdaderamente el entorno en el que están trabajando;
– ser capaces de explicárselo a su propio gobierno;
– y, lo más importante, intentar ejercer cierta influencia (de forma que, con gran frecuencia, revierte en beneficio de las dos partes; en mi experiencia, los países consiguen más si trabajan juntos).
Para poder lograr todo lo anterior, los diplomáticos tienen que moverse, ver las cosas por sí mismos, hablar con toda la gente que les sea posible. Sobre todo, tenemos que ir a los lugares donde la gente habla entre sí. Y la gente, cada vez con más frecuencia, habla, discute y se organiza en las redes sociales. Por eso, tenemos que estar ahí también. No se trata de algo extra que sea opcional.
Ésta es la razón por la que el Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino Unido ha desarrollado su propia estrategia digital. Cada vez son más los diplomáticos británicos destinados en el exterior que tienen perfiles activos en las redes sociales. Nuestro nuevo embajador aquí en España, Simon Manley, tiene su propia cuenta de Twitter. Una de las primeras cosas que hizo según aterrizó en Madrid fue subir un pequeño vídeo en YouTube para presentarse (tanto en España como más allá…).
A través de las redes sociales podemos llegar a gente que de otra forma estaría fuera de nuestro alcance. Esto nos permitirá mantener conversaciones que, con suerte, nos ayudarán a entenderles mejor y a ellos a entendernos mejor a nosotros.
Esta interacción instantánea con extraños, en la distancia, es una forma nueva y diferente de trabajar. No tiene absolutamente nada que ver con los canales de comunicación que han utilizado las Embajadas tradicionalmente. En España utilizamos esta nueva forma de trabajar cada vez más.
Mi blog y mis tweets (muchas gracias a mi leal grupo de seguidores) constituyen una contribución más a nuestros esfuerzos. Tenemos una serie de canales digitales, entre ellos, la pagina web del Gobierno británico, nuestros canales de YouTube y Flickr, nuestra página de Facebook, nuestros grupos de LinkedIn y todas nuestras cuentas de Twitter (para más información ir a este enlace).
Vamos compartiendo nuestras experiencias sobre la marcha. Hace poco, organizamos una conferencia en Madrid, la “European Digital Network Conference”, que reunió a más de 60 delegados de las Embajadas británicas, todos activos en las redes sociales, y todos con gran interés en hacer aún más.
A través de nuestras redes sociales estamos llegando, y escuchando, a un público nuevo: tenemos 8.000 seguidores en Twitter; 17.000 personas han visto nuestro vídeo en YouTube sobre el festival de música de Benicassim. La Embajada organizó un seminario sobre la “Iniciativa para prevenir la violencia sexual”, que tuvo lugar el pasado lunes. Además de una numerosa asistencia, estimamos que alrededor de 35,000 personas más han leído la noticia o visto el vídeo que hemos publicado en nuestra página web.
Todos estos canales ayudan a los diplomáticos a hacer lo que siempre han hecho: comprender, explicar e influenciar. Por lo que la respuesta a la pregunta ”¿Por qué se molesta?” es simple y clara: en un mundo como el de hoy, no podríamos poner en práctica la diplomacia sin las redes sociales.
Ruego que me digan lo que piensan de nuestro trabajo en las redes sociales aquí en España, ya que nuestros propósito en el futuro es utilizarlas mucho, mucho más.